El hígado graso

La Esteatosis hepática o hígado graso es una enfermedad dentro del grupo de las hepatopatías (afecciones del hígado) que se produce por el cúmulo excesivo de grasa dentro de las células del hígado. Esta afección puede producirse a cualquier edad, sin embargo, afecta mayoritariamente a personas mayores de 45 años.

Causas.

Una de las principales causas de la esteatosis grasa nutricional es el sobrepeso. Una dieta alta en grasa, carbohidratos simples de alto índice glicémico y baja en proteínas, es una combinación de elementos adecuada para la acumulación excesiva de grasa en el hígado.

Del mismo modo , existen otros factores que pueden inducir la esteatosis hepática, como lo son el síndrome metabólico , el abuso de drogas y toxinas , intervenciones quirúrgicas gástricas, etc.

Síntomas.

Algunos signos clínicos que pueden sugerir el padecimiento de hígado graso son: triglicéridos y/o colesterol alto, diabetes y desnutrición.  Por el contrario, no hay señales evidentes de este padecimiento, por lo que requiere de chequeos periódicos para garantizar el correcto funcionamiento del órgano.

Complicaciones.

El hígado graso puede causar lesiones que son similares a la que se producen por el consumo excesivo de alcohol y puede avanzar hacia una fibrosis, cirrosis y hasta cáncer. Además, padecer hígado graso puede ser un factor de riesgo cardiovascular.

Medidas de prevención.

Es vital para evitar el hígado graso  y  la obesidad llevar una dieta balanceada donde se consuman alimentos de todos los componentes de la pirámide alimenticia. La fibra hace más lenta la absorción de las grasas en el organismo, por lo que su consumo es recomendado, también cereales integrales como el arroz y la avena. Se debe preferir el pan integral y evitar las harinas refinadas.

Consumir verduras y frutas  frescas como la espinaca, acelga, zanahoria, espárragos y brócoli, manzana, pera, kiwi, piña. Los cítricos como el limón y la naranja son una excelente alternativa para limpiar el hígado.En el apratado de las proteínas, las carnes magras como el pollo, el pavo o el pescado son la fuente de proteínas más adecuadas para pacientes con hígado graso.

Los métodos de cocción predilectos para estos alimentos deben ser: al grill, al vapor o al horno, usando aceite de oliva en cantidades muy moderadas e ingerir al menos dos litros de agua al día.

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